
Comenzó como un pequeño taller para todo tipo de vehículos, con el enfoque en servir a la comunidad.

Un día, mientras trabajaba en el taller de su padre, vio a un cliente que trajo su Rover con historias desde África hasta Europa.

Viendo una necesidad en Puerto Rico, Ricardo transformó el taller en un centro de confianza donde los dueños de 4x4 podían sentirse seguros con sus reparaciones.

Hoy, Caribbean Raga sigue creciendo, combinando tradición con innovación y adaptándose al cambio para acompañar el camino de nuestra comunidad.